El pasaporte sanitario es como la cartilla de salud, pero digital, una identificación personal ideada para llevar un control detallado de enfermedades, más concretamente el de COVID-19.
Primeramente se debe de aclarar que el uso de este pasaporte aún no ha sido confirmado, pues la Organización Mundial de la salud (OMS), ha manifestado su desacuerdo con este requisito, pero en caso de cambiar la decisión, el documento será requerido al tratar de viajar, de esta manera solo aquellas personas que gocen de buena salud lo podrán hacer libremente, pretendiendo así disminuir el riesgo de contagio a otros lugares.
Entre las ventajas del pasaporte sanitario, están, la detención de un nuevo brote de Coronavirus o cualquier otra enfermedad de fácil contagio y la libertad de viajar facilitando los tramites de salubridad que ya se encuentran en uso.
Entre sus desventajas, es considerada una medida que invade la intimidad de las personas, pudiendo llegar a ser una nueva forma de discriminación, además que aún no se tienen los datos suficientes en cuanto al SARS-CoV-2, pues según la OMS, (Motivo por el que esta en desacuerdo) “aún no hay evidencia de que las personas que se hayan recuperado de COVID-19 tengan anticuerpos y estén protegidas de una segunda infección”. Otro de los problemas sería que el laboratorio llegara a arrojar resultados equivocados y un pasaporte sanitario erróneo.
Cualquier consecuencia que venga en el futuro, buena o mala, no será culpa de un pasaporte sanitario, sino, de la responsabilidad que tengamos cada quien en nuestra persona y con los nuestros, cuidemos nuestra higiene y así no solo libraremos el COVID, también las muchas enfermedades a las que estamos expuestos todos los días, pero como no han sido presentadas en los medios, no les hacemos caso.