Slipknot desde 1999 con su álbum debut, cambió la escena musical y continúa inspirando a miles de personas en la actualidad. Los de Iowa, actualmente son el show top en los más grandes festivales de rock a nivel global, siendo los estelares en cada una de sus presentaciones. Su más reciente material, The End, So Far que salió el 30 de septiembre a través de Roadrunner Records, desplazó a Bad Bunny en el puesto número uno en Billboard. Todo este gusto por Slipknot, los hizo venir al Festival Hell and Heaven el tres de diciembre en el Foro Pegaso en Toluca, Estado de México. Aprovechando esa visita, decidieron venir a Guadalajara el cinco de diciembre en Calle 2 por vez primera.
¡Cuando el sol se puso, finalmente llegó el momento del legendario Slipknot! Su estandarte de veinte pies colgaba de las vigas mientras la palabra Slipknot iluminaba la noche. Y luego comenzó la introducción de «Diasterpiece» y todos comenzaron a perder la cabeza, ya que finalmente pudieron dejar de lado todas las emociones reprimidas y pronto dejarlo todo en el piso de la sede de Zapopan ante 15 mil personas. Con un estruendo todo estalló y la avalancha de música y emociones brotó cuando los cuerpos comenzaron a ser ofrecidos a los dioses del metal como sacrificio. Verlos tocar en vivo es una experiencia que lo abarca todo, ya que todos fueron asaltados visuales, sonora y emocionalmente. No hay forma de presentarse en uno de sus conciertos y no mover el cuerpo con total aceptación.



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